Fotos: Vicente Luchena
Manifiesto en defensa de los humedales manchegos
Salvemos La Mancha Húmeda
Hoy nos hemos citado
aquí, en el parque natural de las Lagunas de Ruidera,
uno de los más valiosos tesoros lacustres de La Mancha, personas de toda la
provincia para denunciar la crítica situación en que se encuentran los
ecosistemas hídricos manchegos. Con esta marcha que acabamos de realizar
queremos hacer un llamamiento a toda la población, y muy especialmente a
nuestros gobernantes, para que se adopten medidas urgentes que protejan nuestros
humedales de las múltiples agresiones que sufren, de modo que recuperen su
estado natural.
El agua es uno de esos
recursos que son esenciales para la subsistencia y para el desarrollo de cualquier
actividad de los seres vivos. Prueba de ello es que las comunidades humanas se
han asentado durante miles de años en los valles fluviales, sus llanuras
inundables y sistemas lacustres como este en el que ahora nos encontramos.
Más allá del valor
económico que los humedales aportan a sectores como la agricultura, la pesca,
la industria o el turismo, su importancia reside en la gran diversidad
biológica que albergan. Además de ser los principales generadores de recursos
hídricos para abastecimiento de agua dulce, son reguladores del ciclo del agua,
reteniendo las grandes avenidas, almacenando el sobrante de agua en los
periodos húmedos y liberándolo en los secos. Las zonas húmedas sirven de
depuradoras naturales que retienen el exceso de nutrientes o contaminantes de
las aguas, y también son reguladoras del clima, jugando un papel esencial
contra el cambio climático al ser importantes sumideros de carbono.
Los manchegos podemos
sentirnos afortunados pues, a pesar de vivir en una región interior, disponemos
de un privilegiado ecosistema hídrico, repleto de cuencas fluviales, sistemas
lacustres e inmensos acuíferos interconectados, que han llevado a la UNESCO a
catalogarlo como Reserva Mundial de la Biosfera. Estos humedales no sólo favorecen
la vida de multitud de especies animales y vegetales, sino que también han hecho
posible que los manchegos habitemos y poblemos estas llanuras a lo largo de
toda la historia.
Pero si algo no hemos
aprendido de nuestros ancestros, por mucho progreso y avance tecnológico del
que nos jactemos, es a valorar y proteger los recursos naturales y los
ecosistemas que hacen factible nuestra vida y la de las generaciones futuras.
En unas pocas décadas hemos destruido este enorme legado de la Naturaleza que
nuestros antepasados supieron gestionar de forma sensata. Las políticas
insostenibles del pasado siglo que han potenciado la agricultura industrial
intensiva, el urbanismo desaforado y el cambio climático, han secado nuestros
ríos, lagunas y acuíferos, y han contaminado sus aguas hasta el punto de poner
en serio riesgo su potabilidad, hipotecando la salud ambiental de nuestro
presente, el futuro de nuestros hijos y el de la biodiversidad. Nuestros
grandes tesoros húmedos, como las Tablas de Daimiel o las Lagunas de Ruidera
agonizan lentamente. Pese a aparentes situaciones de mejoría interesadamente
resaltadas, fruto de circunstancias meteorológicas puntuales, la
sobreexplotación de los acuíferos compromete seriamente el futuro de los
humedales manchegos.
Pero como siempre que se
trata de la gestión de lo público, el principal responsable de esta catástrofe
no es otro que nuestro Gobierno autonómico, que ha consentido en muchas
ocasiones, e impulsado en otras, todas estas agresiones, en nombre de un
crecimiento económico que siempre acaba beneficiando a unos pocos y
perjudicando a la mayoría. Si el antiguo gobierno del PSOE fue responsable de
la sobreexplotación de los acuíferos, al nuevo Gobierno del Partido Popular le
ha faltado tiempo para acabar con el Plan Especial del Alto Guadiana, poniendo
en seria duda el cumplimiento de la Directiva Marco del Agua. Estos despropósitos medioambientales, han puesto
también en riesgo la catalogación de la Mancha Húmeda por parte de la UNESCO
como Reserva de la Biosfera, lo que supondría, no sólo una catástrofe ambiental
sin precedentes, sino también una importante pérdida de credibilidad y de
ingresos provenientes de la Unión Europea.
Y por si no fuera poco, surgen
nuevas amenazas para nuestros desvalidos humedales. La última se llama “fractura
hidráulica” (fracking, en inglés). Se
trata de un nuevo sistema de extracción de gas enormemente agresivo, que
provoca la contaminación de las aguas tanto subterráneas como superficiales. En
nuestra región ya se ha dado luz verde a varios estudios de prospección, uno de
ellos justo al lado de las Lagunas de Ruidera, en el término municipal de
Alhambra. Desde Ecologistas en Acción, pedimos a nuestro Gobierno que siga el
ejemplo de otras comunidades autónomas como la de Aragón, que han comprendido
la gravedad de esta nueva amenaza, y declare la región Castellano-Manchega
territorio libre de fracking.
Por último, queremos
recordar a la población manchega y particularmente a los políticos y grandes
empresarios que el agua es un bien común, del que todas la ciudadanía tiene derecho
a beneficiarse, y que, por tanto, no tienen legitimidad para convertirla en una
mercancía más con la que especular en los mercados, como pretenden. Es un error
tratar de salir de esta crisis económica sobreexplotando nuestros recursos
naturales y agudizando la crisis ambiental, porque finalmente el destino del
hombre va unido al de la Naturaleza. Tenemos derecho a ver correr nuestros ríos
y arroyos; tenemos derecho a ver sus límites deslindados; a que sus cauces y
riberas se pueblen de vegetación constantemente; a que nuestras charcas, navas,
vegas, tablas, lagunas y aguazales se inunden; tenemos derecho a que de
nuestros humedales emane la vida libremente. Asumamos el compromiso moral de
recuperar y transmitir el vínculo de este legado, hacerle justicia y
conservarlo.
Lagunas
de Ruidera
Ecologistas
en Acción de Ciudad Real, a 17 de febrero de 2013