domingo, 17 de marzo de 2019

2019-03-17 Cazorla, Sendero del Río Cerezuelo y Monasterio de Montesión




 Crónica de la ruta senderista en Cazorla

El pasado domingo, día 17 de marzo, Ecologistas en Acción-Valle de Alcudia ha organizado y realizado una ruta senderista en Cazorla (Jaén), siguiendo el sendero del Río Cerezuelo hasta el Monasterio de Montesión.

Siguiendo con nuestras rutas senderistas, en esta ocasión nos hemos desplazado hasta la localidad de Cazorla para realizar un recorrido circular que comienza en la misma población y sigue en su primera parte el curso del Río Cerezuelo o de la ciudad, para continuar después ascendiendo hasta los miradores que hay sobre Cazorla y sobre la campiña jiennense: un breve descanso para deleitar la vista y continuamos ascendiendo hasta las alturas desde las que se contempla el castillo de las Cinco Esquinas, donde aprovechamos para descansar y tomar buena cuenta de las viandas que cada uno portaba. Tras el descanso, comenzamos a descender hasta el Monasterio de Montesión e iniciamos la vuelta, siempre descendiendo, hasta volver a Cazorla.

Salimos muy temprano de Puertollano, ya que la distancia hasta Cazorla así lo aconsejaba, y antes de las diez de la mañana ya estábamos desayunando en el pueblo y preparándonos para la ruta: en primer lugar, realizamos una visita guiada por las ruinas de la Iglesia de Santa María y por la bóveda de casi 150 metros de longitud, construida el siglo XVI para cubrir el río Cerezuelo; esta bóveda permitía unir las dos orillas y proporcionaba un espacio sobre el que edificar la iglesia y otras dependencias públicas. La iglesia no se terminó de construir y una fuerte tormenta, que provocó una importante crecida del río y desprendimientos de las rocas del cerro cercano, terminó de arruinar la obra, que ya no se continuaría. Terminada la visita, nos despedimos del guía y marchamos calle arriba hasta las últimas casa del pueblo: en una bifurcación, unos paneles indican el comienzo de nuestra ruta; seguimos junto al arroyo y enseguida el camino se transforma en senda, que continuará un buen tramo junto al arroyo, siempre en pendiente, con algunos tramos empinados de rocas, pero con el delicioso sonido del agua al caer por los rápidos y pequeñas cascadas, que caen formando pozas de agua cristalinas y frías. La cubierta vegetal que acompaña al arroyo es impresionante: fresnos, sauces, higueras, cornicabras, lentiscos, majuelos, labiérnagos y un sinfín de plantas, que en muchas ocasiones llegan a cubrir el cauce del río; al final del sendero, tras haber cruzado cinco puentes de madera que ayudan a vadear el río en caso de crecida (no es el caso, pues la escasez de lluvias de las últimas estaciones, hace que su caudal no sea muy abundante), llegamos a la antigua fábrica de Nacelrío, transformada ahora en albergue rural.

Tomamos aquí un camino que nos aparta del curso del arroyo y nos lleva hasta la Ermita de San Sebastián, casi en ruinas y convertida en un establo para el ganado, pero con impresionantes vistas sobre Cazorla y sobre la campiña que se despliega delante de ella, con multitud de cerros cubiertos totalmente de olivos hasta donde alcanza la vista. Desde aquí, el camino sigue ascendiendo suavemente por pinares de repoblación, aunque también se divisan antiguas terrazas para el cultivo, ahora abandonadas, y llega hasta la fuente de Nacelrío, con un agua fresquísima que invita a continuar la ruta: pasamos junto a unos altos precipicios, sobre los cuales hay unos miradores desde los que volvemos a deleitar la vista contemplando los paisajes que desde aquí se alcanzan a ver. Como aún nos quedan otras pocas cuestas que subir, posponemos un poco la comida y, después de los miradores y el área recreativa de Riogazas, tomamos un carril que nos lleva hasta una pista cortada por una barrera, tras la cual el camino empieza a descender hacia el Castillo de las Cinco Esquinas; al llegar aquí, aprovechamos un recodo del camino para desparramarnos junto a los pinos para descansar y comer.

La comida y bebida compartidas con los compañeros de ruta, la agradable situación del “comedor” y el impresionante horizonte que desde el mismo se contempla, harían que quisiéramos prolongar el momento, pero hemos de seguir la marcha y descender hasta el singular Monasterio de Montesión, dejando la visita a las ruinas del castillo para otra ocasión. El monasterio es un conjunto de varias edificaciones de distintas épocas, muy desiguales en calidad de materiales y terminación, que denota las remodelaciones que ha sufrido, actualmente deshabitado, pues el único monje que aún vive de la orden que lo ocupó es de avanzada edad y habita en Cazorla. Continuamos por el carril que, bordeando el cerro del castillo con un fuerte descenso y tras pasar por varias fuentes, nos lleva de nuevo a la plaza de Santa María, donde habíamos comenzado la ruta. Dejamos una hora para recorrer las calles de Cazorla o para disfrutar de sus terrazas antes de volver a subir al autobús de vuelta a Puertollano, cansados pero contentos por haber disfrutado de una bellísima ruta en la Sierra de Cazorla.

Manuel Mohedano Herrero



Fotografías: Vicente Luchena



















Fotografías: Loli Gómez